La abogada Mónica Fernández Avello, querellante en la causa de delitos de lesa humanidad, solicitó penas de prisión perpetua para Raúl Aceituno y de diez años de cárcel para Juan Carlos Curzio, Osvaldo Pallero y Héctor Focelli.
Hablamos con Mónica Fernandez Avello abogada querellante: “Fueron 24 homicidios que se presentaron en esta causa, hay que tomarlos en consideración, si bien no hay imputados por estos homicidios, se probó que fue la Triple A la que actuó. Yo participo de los juicios de lesa humanidad desde que iniciaron en la ciudad, y el terror que le vi a los testigos no lo vi jamás en ninguna causa».
Con rexpecto a los pedidos de pena perpetua y los diez años de carcel para Juan Carlos Curzio, Osvaldo Pallero y Héctor Focelli, Fernández Avello remarcó: «Se trata de civiles que nunca fueron presos, viviendo donde vivían siempre. Somos una ciudad chica y el mismo vecino que participaba de la patota se reciclaba y no pasaba nada. Ya sea los testigos de la defensa o la defensa, se basaban en la teoría de los dos demonios culpando a la victima, y eso no lo vi en juicios anteriores, es una vuelta al pasado. Los blancos que elegía la triple A no eran azarosos. Eran militantes sobre los cuales había mucha inteligencia».
Los blancos que elegía la triple A no eran azarosos. Eran militantes sobre los cuales había mucha inteligencia».
En cuanto a la operación de seguimiento de la Triple A, tenían tres puntos: el estudiantil, la clase trabajadora y la eclesiástica ‘tercermundista’. «Tanto Remus Tetu como Ponce manejaban estas patotas, inclusive Tetu tenía una comunidad informativa a la cual llegamos a través de archivos. De ella formaban parte las fuerzas armadas como el Batallón 601″, declaró la abogada. Además agregó que todas las victimas de este juicio figuraban en los archivos con respecto a su ideología política, su participación, la inteligencia que se hizo sobre ellos para después elegirlos como blanco: “Amén de los homicidios que es lo más grave, hubo muchísimas personas de la Universidad que se tuvieron que ir porque corría peligro su vida».