El futuro de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, comenzará a definirse hoy. En la sesión más larga de la historia del parlamento brasileño (lleva más de 45 horas), la oposición busca conseguir el quórum de 342 diputados y luego los votos necesarios para aprobar el juicio político contra la mandataria y dar así el primer paro para destituirla de su cargo. En oficialismo confía en que, si bien se alcanzará el quórum, los opositores no conseguirán aprobar su iniciativa y quedará archivada.
En un país políticamente polarizado (al punto de que los manifestantes pro y anti impeachment estarán apostados en las afueras del palacio legislativo, a metros de distancia) y con la economía en una recesión cada vez mas profunda, los diputados debaten desde antes de ayer la destitución de Rousseff, acusada de haber maquillado las cuentas públicas para esconder el déficit y garantizarse la reelección en 2014.
La oposición necesita dos tercios de los 513 miembros de la Cámara para que el proceso pase al Senado, donde deberá ser ratificado luego por una minoría simple entre sus 81 miembros. Si eso ocurre, la Presidenta será apartada de su cargo por un plazo máximo de 180 dias y asumiría su vicepresidente Michel Temer, acusado de traidor no solo por la mandataria y Lula, sino por centenares de miles de militantes del PT. Temer tampoco conforma a los simpatizantes de la oposición, ya que está denunciado por haberse beneficiado de la red de corrupción en Petrobras.
Ayer, en un video que publicó en las redes sociales, Dilma calificó al proceso en su copntra como «el mayor fraude jurídico y político de la historia» de ese país, y subrayó: «Destituir a una presidenta por impeachment sin que ella halla cometido crimen de responsabilidad es rasgar la Constitución brasileña. Se trata de un golpe contra la República, contra la democracia». Para echar por tierra el proyecto, la jefa de Estado necesita un número menor de votos (171), ya que las abstenciones o ausencias se computarán en su favor.
Fuente: Infonews