Alejandro Curino, docente de la UNS, investigador del CONICET en el INIBIBB y presidente de la Sociedad Argentina de Investigación Clínica (SAIC) expresó su «preocupación» por la difusión de «información falsa pseudocientífica», que parece tener como objetivo «generar temores en la población y evitar que las personas se vacunen para protegerse de la infección causada por el virus SARS-CoV-2».
En el comunicado, la Sociedad Argentina de Investigación Clínica plantea que «llama la atención que muchas personas que manifiestan este temor se han inyectado a lo largo de su vida numerosas vacunas contra todo tipo de infecciones virales o bacterianas, y reciben todos los años las conocidas vacunas antigripales».
«Debido a esta situación nos sentimos en la obligación de transmitir a la población nuestro total y absoluto convencimiento de que todas las vacunas contra la Covid-19 que la ciencia mundial ha producido en tiempo récord y han avanzado satisfactoriamente en la fase definitiva de investigación clínica (fase 3), tienen la máxima seguridad que es posible obtener y constituyen la única herramienta eficaz para vencer la pandemia, que tanto daño está causando a la humanidad en general y a nuestro país en particular».
Días atrás el ministro de salud de la nación, Ginés González García rechazó por “falsas” las informaciones publicadas en los medios de comunicación y redes sociales sobre presuntos efectos negativos de la vacuna Sputnik V y aseguró que “solo un mínimo por ciento” observó efectos adversos, en su mayoría leves o moderados.
También el viceministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, alertó sobre el inicio de “una campaña de fake news (noticias falsas) e instalación del miedo” para “desprestigiar” el plan nacional de vacunación contra la Covid-19, por lo que exhortó a utilizar “información oficial sobre los efectos adversos que reportan los síntomas habituales de cualquier vacuna”.