Son fruto de una generación a la que se le ocultó la verdad. Son hijos de padres que se criaron en hogares que no eran los suyos, alejados de sus familias biológicas, entre silencios, mentiras, miedos y culpas. La dictadura más feroz que azotó la Argentina desapareció a sus abuelos, pero no logró su cometido de ocultar para siempre su identidad.
Cuarenta años después del golpe de 1976 y tras 33 años de vida en democracia, los bisnietos -hijos de los nietos recuperados por Abuelas de Plaza de Mayo- crecen, a diferencia de sus padres, con la libertad que otorga conocer la propia historia.
Tania Pietragalla tiene 6 años. Nació el 25 de febrero de 2010, el mismo día que Néstor Kirchner y es hija de Horacio Pietragalla Corti, el nieto número 75, quien recuperó su identidad en 2003, luego de una larga lucha de Abuelas.
Tania no conoce ni a sus abuelos “Chacho”, ni “Lili”, ambos militantes de Montoneros, muertos en 1975 y 1976, pero hoy, a su corta edad, sabe que los dos “la cuidan desde una estrellita”. Su padre, actual secretario de Derechos Humanos de Santa Cruz, sostuvo en diálogo con Infonews: “Tania desde muy chiquita empezó a convivir en casa con la ausencia de sus abuelos, a ver fotos y a preguntar quiénes eran. Eso es lo primero que comenzó a pasar, y después de a poco empezó a asociar, por qué no están, por qué se murieron y quiénes los mataron”.
Horacio insistió en que nunca le escondió nada. “Yo siempre traté de transmitirle toda la verdad. Ella está involucrada naturalmente, porque la historia de nuestra vida está atravesada todo el tiempo por lo político y los derechos humanos y ella es parte de eso”, contó.
Ante una pregunta de la inquieta Tania, un día la propia Estela de Carlotto le explicó por qué las Abuelas llevaban pañuelos blancos en sus cabezas y por qué aún buscaban a más de 400 nietos apropiados.
El contexto político de los últimos años también ayudó a que Tania conozca su identidad. No sólo en el jardín de infantes público al que asistía el tema se trataba con soltura y con reflexión, sino que un capítulo de Pakapaka también la acercó a su historia, de una forma didáctica y amena.
En cuanto al futuro, Horacio espera que Tania pueda elegir qué es lo que quiere hacer para su vida. “No me importaría que no milite o que no haga política. Para mí lo mejor que le puede pasar es que haga algo con pasión y que eso la haga feliz”. Sin embargo, considera que hay un punto que no tiene vuelta atrás. “De las marchas del 24 de marzo, ella ahora participa con sus padres, pero el día de mañana lo va a hacer por sus abuelos, que murieron luchando por un país más justo. Nuestros hijos van a marchar muy conscientemente de eso, ya que forman parte de una generación de víctimas también, una generación a la que le quitaron la posibilidad de conocer a sus abuelos”.
Victoria Donda y Trilce
La diputada de Libres del Sur, Victoria Donda, nació en 1977 en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Fue apropiada por el ex prefecto Juan Antonio Azic que la crió como si fuese su hija biológica y recién recuperó su verdadera identidad en 2004, tras realizarse los estudios genéticos. Es la nieta número 78 hallada por las Abuelas de Plaza de Mayo.
El 18 de octubre de 2014, Victoria dio a luz a una beba, fruto de su relación con el periodista Pablo Marchetti. La pequeña se llama Trilce, al igual que el famoso poemario del escritor peruano César Vallejo.
Con tan solo cuatro meses de edad, el 24 de marzo de 2015, Trilce participó de su primera marcha por el Día de la Memoria. “Me dio mucha emoción haber podido compartir esa primera marcha juntas”, explicó Victoria, en diálogo con Infonews, quien aseguró que hoy volverán a Plaza de Mayo para recordar el 40 aniversario del Golpe de Estado.
Si bien Trilce es muy chica aún, su madre ya imagina que contarle la verdadera historia de su identidad y la desaparición de sus abuelos maternos no será traumático, sino parte natural de su crecimiento. “Lo que pasó y la militancia están muy incorporados tanto en mi vida como en la de su papá en todo lo que hacemos, por lo tanto creo que para ella va a ser algo natural y trataremos de que así sea porque nos parece que va a ser lo más sano para su crecimiento”, expresó.
“Yo me imagino por ejemplo viendo con ella una película como Enredados (NdeR. Film de Disney basado en el cuento clásico de Rapunzel), que me parece que puede ayudar a explicar claramente lo que le pasó a una persona que fue apropiada”, agregó Donda.
En cuanto al futuro, Victoria espera que Trilce pueda vivir en una sociedad más justa, aquella por la que soñaron sus abuelos y la misma por la que ella pelea desde su militancia política. “Creo que en la actualidad hay una vida profundamente injusta y quiero que ella tenga la posibilidad de elegir en qué sociedad va a vivir”, consideró.
Juan Cabandié, Pedro y Ciro
Otro de los nietos recuperados por Abuelas de Plaza de Mayo es el diputado nacional del Frente para la Victoria, Juan Cabandié, nacido en la ESMA, en 1978, tras el secuestro de sus padres Damián Abel Cabandié y Alicia Alfonsín.
Juan recobró su identidad en 2003 y hoy es padre de Pedro, de 8 años, y de Ciro, de dos y medio. Desde pequeños, los chicos lo acompañaron a cada marcha del 24 de marzo. “Los llevo siempre. Para nosotros es un tema muy trascendente no sólo para la historia de nuestro país, sino para la historia de nuestra familia. Las consecuencias de todo lo que sucedió en Argentina lamentablemente también afectó a mis hijos”, señaló Cabandié a Infonews.
Si bien Ciro es muy chico aún, Pedro tiene plena conciencia de lo sucedido durante la dictadura y de la desaparición de sus abuelos. “Nuestra historia la fue aprendiendo de forma progresiva, quizá con elementos más didácticos para que él fuese entendiendo y con el tiempo fue tomando noción de todo”, continuó.
En cuanto al objetivo de conservar la memoria y continuar con la búsqueda de Justicia, Juan no cree que ésta sea una tarea que vaya a recaer sólo en las espaldas de esta generación de bisnietos. “Ahora tenemos una sociedad mucho más madura al respecto, así que entiendo que no serán sólo ellos los que tendrán la obligación de defender y mantener la memoria sobre lo ocurrido. Dependerá más de la conciencia de nuestra sociedad y uno aspira a que ésta sea de largo aliento”, concluyó.