Investigadores están construyendo un reactor capaz de transformar bidones vacíos de agroquímicos en productos no tóxicos, como ceras, carbones y líquidos combustibles. Funcionará en una zona rural del sudoeste bonaerense. Los envases plásticos de químicos agrícolas son un residuo de difícil tratamiento. Según el Ministerio de Agroindustria, se generan alrededor de 17 millones de bidones vacíos anualmente en Argentina, lo que implica 13 mil toneladas de plástico. El 60% corresponde a envases de 20 litros. Los que no quedan dispersos en el campo, formando verdaderos “médanos” con restos tóxicos y sin degradación posible, se suelen quemar y enterrar, o se comercializan ilegalmente.
Un grupo de científicos de la Universidad Nacional del Sur (UNS) y la Planta Piloto de Ingeniería Química (Plapiqui, UNS-CONICET) se encuentra construyendo un reactor para convertir estos envases en combustibles líquidos y otros subproductos. Este proceso se aplica en otros países, e incluso en Argentina, donde en Ingeniero Jacobacci se genera combustible para “La Trochita”, el tren patagónico.
Hablamos con Mara Volpe docente del Departamento de Química de la Universidad Nacional del Sur (UNS) e investigadora de la Planta Piloto de Ingeniería Química (Plapiqui, UNS-CONICET)