El jueves comenzó otra vez la campaña. El mismo Daniel Scioli lo explicó: «El acto de la presidenta fue claro, la reunión con los gobernadores fue clara», le dijo a Tiempo Argentino. Mientras Cristina alineó a la tropa propia, lo que inspiró a que miles de militantes se pusieran en marcha en pos de la candidatura de Scioli, el candidato hizo nuevos anuncios. De esta manera, los dos dirigentes más importantes del Frente para la Victoria salieron a la cancha a jugar lo que el candidato llama «la gran final». «Ella le habla a un público y Daniel, a otro», sintetizan desde el comando Scioli Presidente.
Después del desconcierto de los primeros días de la semana, los equipos políticos y de campaña del FPV reaccionaron. Mientras Mauricio Macri está de vacaciones, Scioli salió a marcar la cancha con cuatro medidas destinadas a seducir tanto a los votantes de Sergio Massa como a todo el arco del progresismo y la izquierda. Para eso, recordó que devolverá el IVA a los jubilados y beneficiarios de programas sociales, anunció el 82% móvil para los jubilados que cobren la mínima -medida reclamada por el massismo y algunos sectores del movimiento obrero- y propuso la baja a las retenciones para las economías regionales. «Por alguna razón Massa mantuvo el 20%, si ese electorado quería cambiar, cambiaba en la elección anterior», especulan con la esperanza de que parte del voto del Frente Renovador ahora se vuelque para la alternativa oficialista.
La intención ahora, explican los encargados de la campaña, es destacar en el discurso que «es Scioli quien puede garantizar los cambios que reclama la sociedad». «Hasta ahora el mensaje fue destacar los logros obtenidos, y es claro que no alcanzó sólo con destacar todo lo bueno que se hizo, por eso ahora se hará foco en los anuncios», explican. «Es que hubo una demanda que no supimos escuchar y que sabemos que podemos cumplir», analizan. Los mensajes para redireccionar la campaña harán eje en exponer el contraste entre los dos modelos en juego, como ya se está haciendo, pero sin atacar la figura de Macri en forma personal. También se hará hincapié en las propuestas concretas, con fechas y cifras.
En tanto, en la reunión con los gobernadores, el pedido fue claro. «Hay que jugarse», le dijeron y le pidieron que ajustara un mensaje más audaz y con objetivos precisos. Es que, después del resultado del domingo pasado -que dejó groggy a varios- el peronismo se decidió a dar la pelea ya que la perspectiva de un gobierno nacional de Macri, con Eugenia Vidal en la provincia y Horacio Rodríguez Larreta en Capital, los deja sin chances siquiera de ejercer un potencial rol opositor desde la gestión de los principales distritos de la Argentina.
«Daniel va a salir a recorrer el país pero no va a realizar actos masivos ni tan protocolares», cuentan sus asesores. También se entusiasman con la efervescencia de toda militancia tanto espontánea como organizada que empezó a trabajar hacia el fin de semana, después del discurso de la presidenta. Hay encuentros y plenarios en todo el país para organizar las timbreadas. «Se está convocando a tocar 100 mil timbres en las caminatas en los barrios, a convocar en las universidades y en los gremios. Lo está haciendo la militancia», reconocen en el sciolismo.
En ese contexto, si bien el mensaje está en parte librado a la creatividad popular, desde el comando de campaña explican que «hay coordinación con los equipos concentrados en el Banco Provincia, para que el nuevo discurso se enfoque en que hay una demanda que no atendimos pero también que quienes estamos en condiciones de garantizar cambios no bruscos somos nosotros».
En ese sentido, enfatizan la primera idea que surgió después del fatídico domingo: «Más Scioli que nunca». Por lo pronto, el mal trago ya pasó y ya se empieza a notar un clima de paridad en la pelea. «El 22 de noviembre hay una nueva elección, ya salimos primeros dos veces, pero las finales son un partido aparte», argumentan. Y proponen: «La discusión en toda la sociedad es qué tipo de cambio queremos.» La pelota ya está en el aire.
Fuente: Infonews