Hablamos con Leo Romero, trabajador de Cresta Roja por 800 despedidos acordados entre la empresa y el Gobierno. En la manifestación, Gendarmería corrió a los trabajadores con la balas de goma, tanques hidrantes y gases lacrimógenos: «Fue terrible y triste porque la opinión pública sostuvo que nosotros somos los violentos porque nos defendimos a través de una piedra, pero nosotros hace más de 15 días que estamos haciendo un acampe intentando no molestar a nadie. Hasta ayer nadie se había enterado, Gendarmería vino a reprimir violentamente. Eramos 200 personas y había 1500 efectivos aproximadamente, como si nosotros fuésemos terroristas».