Por las lluvias en Bolivia, los ríos aumentaron sus caudales. El agua destruyó el puente de acceso a Los Toldos y dejó aislado al pueblo. Cruz Roja advirtió sobre “vacíos humanitarios” en la asistencia. Temen por inundaciones en Formosa.
En Salta, el agua no para de arrasar con todo. Además de las 8500 personas que debieron abandonar sus casas por la crecida del río Pilcomayo, más de cien familias fueron asistidas en las localidades de Embarcación y Rivadavia Banda Sur por el aumento del caudal de otro río, el Bermejo. El avance del agua también destruyó el puente de acceso a Los Toldos y el pueblo quedó aislado. “La situación humanitaria es muy compleja”, describió la Cruz Roja en un comunicado.
Durante toda la mañana, desde los pueblos de La Estrella, San Felipe, La Esperanza se exclamaban a los gritos pedidos de ayuda al ver sobrevolar un helicóptero de asistencia. “La cuenca del río Bermejo creció como consecuencia de las lluvias en Bolivia y el río aumentó su caudal”, informó el secretario de Protección Civil, Néstor Ruiz de los Llanos, quien agregó que “en consecuencia, se desbordaron los cauces y varios pueblitos quedaron aislados”. Del helicóptero de auxilio bajaron bolsones con frazadas y comida para asistir a los damnificados de distintas localidades de Rivadavia y Embarcación, “aunque no necesitaron evacuación”, agregó el funcionario.
El avance del agua también se sintió en Los Toldos, localidad ubicada a 500 kilómetros de la capital salteña. En la madrugada, la crecida del río Bermejo erosionó el único puente de acceso y más de 2000 personas quedaron aisladas, sin posibilidad de salir por sus propios medios. Para los habitantes de este pueblo limítrofe con Bolivia, la plataforma derrumbada no es ninguna novedad: en 2012, el puente La Mamora se cayó y hasta la fecha, las soluciones temporales no dieron resultados.
Después de alcanzar su pico histórico de profundidad (7,25 metros) y arrasar con varias localidades de Santa Victoria Este, el caudal del Pilcomayo comenzó a descender. Lo que aún no se pudo calcular fueron las consecuencias del desastre. “La comunidad quedó destruida”, dijo, entre lágrimas, el cacique de La Curvita, Rogelio Segundo, quien también refirió las pérdidas que sufrieron las 104 familias que vivían a la vera del río Pilcomayo. “Duele ver a mi gente que perdió muchas cosas, que lo hicieron con mucho esfuerzo. Quedamos en cero”, detalló. Además de La Curvita, los desbordes afectaron a las comunidades indígenas de El Cruce, Padre Coll, Pozo La Yegua, Monte Carmelo y los parajes criollos de El Silencio, Rincón del Tigre, Magdalena y Las Palmitas. Las autoridades contabilizaron más de 8500 evacuados.
“Existen vacíos humanitarios significativos en materia de agua, saneamiento, promoción de la salud y alojamiento temporal”, advirtió la Cruz Roja en un comunicado oficial e informó que hay al menos 17.000 personas afectadas. “El foco está en Santa Victoria Este, zona que abarca pequeñas y medianas comunidades, pero también se encuentra afectada gran parte del norte de Salta; día a día la situación evoluciona de manera diversa, por lo cual estamos evaluando permanentemente esta emergencia”, completó el organismo.
Tras las inundaciones en Salta, especialistas expresaron su preocupación por la posible crecida del río Pilcomayo. “Si bien ahora las noticias pasan por Salta, en los próximos días vamos a estar hablando de Formosa, donde va a alcanzar niveles semejantes”, afirmó Álvaro Penza, técnico del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). El ingeniero agrónomo aseguró que “se evacuó bastante pero aún quedan unas 400 personas que son los que están trabajando para ir levantando las defensas. El agua sigue subiendo y las defensas que se hicieron en el año 2000 pueden no resistir”, señaló.
Fuente: pagina12.com.ar