Un informe de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNdAv) confirmó un deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores durante el bienio 2016-2017 y alertó por un nuevo «empeoramiento general» de los salarios en 2018, si se cumplen el techo paritario del Gobierno nacional del 15% y la proyección inflacionaria inicial del Banco Central de 17,4%.
Según las estadísticas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la inflación anual de 2015 fue de 26,7%, mientras que en el primer año de gestión de Mauricio Macri se disparó a 41,2%. En 2017 bajó a 28%. La meta de inflación que el Gobierno corrigió y luego impuso para este año se pactó en 15%.
Las expectativas inflacionarias recolectadas por el Banco Central de los principales actores del mercado (encuesta REM) se ubicaron en 17,4% para este año. «A pesar de que esta es una visión conservadora, que no incluye la información de modificación de las metas suscita el 27 de diciembre de 2017, aun así, se posiciona 2,4% por sobre la inflación objetivo del gabinete económico», indicó.
El año pasado las expectativas iniciales del mismo relevamiento oficial eran del 10% para los doce meses, aunque luego finalizaron 1,3% menos que el 24,8% finalmente verificado por el INDEC. Por eso, ya existen dudas sobre el cumplimiento del 15%.
«Con la acumulación de dos años consecutivos de desvíos significativos respecto de los objetivos oficiales, la credibilidad del esquema de metas de inflación se vuelve más endeble», alertó el análisis del Observatorio de Políticas Públicas, que integra el economista Santiago Fraschina. Y agregó: «Uno de los problemas que se desprenden de la clara tendencia de sesgo de mediciones de expectativas como la del Banco Central es que puede conducir a desvíos significativos que influyan sobre el proceso de paritarias, afectando los niveles reales de los salarios».
Para evitar los desajustes por la suba del costo de vida, la mayoría de los sindicatos logró incluir en sus acuerdos una «cláusula gatillo» de ajuste compensatorio en caso de que la inflación sobrepase al porcentaje de aumento. Para la Undav, esta «cláusula» fue una solución parcial. «Si bien permitió activar recomposiciones en la medida en que la inflación superó determinado umbral, no es menos cierto que este acompañamiento ‘corre por detrás’ (en algunos casos casi un semestre) y eso implica que en el ‘punta a punta’ los aumentos reales no representen el número de la inflación anual de forma idéntica», enfatizó. Asimismo, el informe resaltó que en algunos casos «la definición sobre las condiciones que gatillarían el ajuste presentó condiciones amañadas, que derivó en diferendos no siempre resueltos en favor de los trabajadores».
• Estructural
En medio del escándalo con Jorge Triaca por el «caso Sandra», el Gobierno intenta apurar la firma del nuevo convenio con el Sindicato de Empleados de Comercio de Armando Cavalieri. Al mismo tiempo, los funcionarios anunciaron que redoblarán los esfuerzos para combatir a los «malos sindicalistas», sobre los que pesan sospechas judiciales de todo tipo.
En este marco, desde el Poder Ejecutivo admiten que utilizan las negociaciones colectivas como barrera de contención de los precios. «En las paritarias se debe tener en cuenta el objetivo de bajar la inflación», reconoció Rogelio Frigerio el fin de semana. La Undav coincidió, pero exhortó a buscar una solución integral. «Cada incremento nominal de salarios es proseguido de remarcaciones de precios, lo cual redunda en un determinado grado de inercia inflacionaria (…) Su falta de comprensión (de este fenómeno) y la ausencia de un tratamiento integral que ataque a los factores estructurales, redunda en soluciones simplistas que sólo atacan una de las causas del proceso».
• Pérdidas
En esa línea, el Observatorio aclaró que pesar de la aplicación de la cláusula gatillo en 2017, el acumulado de los últimos dos años muestra un «empeoramiento general» del poder adquisitivo. «Sacando contadas excepciones, se verifica un aumento salarial anual menor al avance del nivel general de precios entre 2016 y 2017», destacó el reporte académico.
«Con amplia dispersión entre los diferentes sectores de actividad, se verifica el hecho estilizado de que logran negociar las mejores paritarias aquellos gremios con mayor «poder de negociación» o cuya actividad se beneficia por una coyuntura positiva», destacó el informe de la Undav.
Pero según la Undav, el deterioro podría agravarse con más pérdidas de poder adquisitivo y nuevo retraso de salarios superiores al 10%, si se cumple el techo paritario oficial del 15% y una inflación similar a la estimada por el REM, del 17,4%.
Fuente: ambito.com