La medida de fuerza dispuesta por el Sindicato Argentino de Televisión afectó las programaciones en vivo de la TV abierta y las señales deportivas de la TV paga. También se suspendieron las jornadas de grabación en todas las productoras argentinas.
La pantalla chica argentina sufrió ayer un paro nacional por 24 horas que apagó aún más su alicaído encendido. La medida de fuerza dispuesta por el Sindicato Argentino de Televisión (Sat-Said) afectó buena parte de las programaciones en vivo de los canales de TV abierta, de las señales deportivas de la TV paga, así como también se suspendieron las jornadas de grabación en todas las productoras argentinas. La huelga se hizo visible para los televidentes: muchos programas directamente no salieron al aire, en otros casos se emitieron envíos grabados con antelación y algunos ciclos fueron reemplazados por repeticiones. El paro de ayer de los trabajadores de los canales de TV abierta y de las productoras nucleados en Sat-Said obedece no sólo a que no se alcanzó un acuerdo paritario, sino también –y fundamentalmente– a que la Asociación de Televisoras Argentinas (ATA) y la Cámara Argentina de Productoras Independientes (Capit) puso como condición para mejorar su oferta económica modificar el Convenio Colectivo de Trabajo, en sintonía con la flexibilización laboral que impulsa el gobierno nacional. “Rechazamos la negociación colectiva extorsiva que se quiere imponer”, subrayó Horacio Arreceygor, secretario general del Sat-Said.
La jornada de ayer no fue una más para la televisión argentina. La programación en vivo brilló por su ausencia, y no hubo grabaciones en ninguna de las productoras que abastecen de ciclos de ficción y entretenimiento a las emisoras. Las únicas excepciones fueron algunos programas que salieron al aire con personal jerárquico, mayoritariamente los noticieros de los cinco canales de aire. Tal como había ocurrido el jueves 16, los trabajadores de las emisoras y productoras decidieron parar ante la falta de acuerdo salarial y la exigencia del Ministerio de Trabajo de modificar el convenio colectivo de trabajo 131/75 que rige la actividad para mejorar los salarios. Esa condición para “cerrar” el acuerdo paritario fue el que terminó por precipitar una medida de fuerza que excede la cuestión económica.
“La paritaria –explicó Arreceygor– terminó el 30 de septiembre y todavía no llegamos a un acuerdo. Los trabajadores pedimos un incremento del 29 por ciento, ya que el año pasado habíamos quedado 4 puntos abajo de la inflación. Las cámaras ofrecieron el 20 por ciento. El problema, sin embargo, fue que a medida que avanzaban las negociaciones el que debería ser el mediador, el Estado a través del Ministerio de Trabajo, entró a jugar un papel preponderante con la exigencia de cambiar el convenio colectivo. Entendimos que es una reforma laboral implícita, atándola al salario. Prácticamente, la discusión salarial quedó de lado. Rechazamos de plano una negociación colectiva que es extorsiva. No nos negamos a una negociación colectiva, pero no que tenga una exigencia extorsiva atada al salario”.
Además de lo que se pudo comprobar en pantalla, la medida fue acompañada por una movilización al Ministerio de Trabajo. Desde el Sat-Said señalaron que el nivel de acatamiento fue del 90 por ciento a nivel nacional, igual al que se alcanzó en el paro anterior. Todos los canales de TV abierta se vieron afectados. El programa más visto de la TV argentina, Showmatch, no tuvo emisión en vivo en la pantalla de El Trece. De hecho, las autoridades del Grupo Clarín tuvieron que reestructurar su grilla nocturna, extendiendo la emisión de Telenoche hasta las 22, para luego emitir un episodio grabado de Las estrellas y finalizar la jornada con compilado de una hora con lo mejor del ciclo que conduce Marcelo Tinelli. En Telefe, mientras tanto, se levantó la emisión de Morfi, todos a la mesa, el ciclo que encabeza Gerardo Rozín, a la vez que puso al aire un programa grabado la semana pasada de Cortá por Lozano.
La medida no sólo afectó a los canales líderes de audiencia. En América TV, cuya programación es totalmente en vivo, personal jerárquico pudo mantener en pantalla buena parte de los ciclos (noticieros e Intrusos del espectáculo, entre otros), aunque hubo otros que se reemplazaron por envíos ya emitidos y grabados. En Canal 9, con excepción de los noticieros, todos los programas en vivo se levantaron, poniendo en su lugar ciclos ya emitidos de El show del problema, entre otros. Incluso, Todas las tardes, el programa de Maju Lozano que había debutado el lunes, no pudo salir al aire en el que hubiera sido su segundo día de emisión. La TV Pública tampoco quedó exenta: ninguno de los programas en vivo (Pura vida, cada día, Maratón 2017, Cocineros argentinos) se emitieron, por lo que su espacio diario fue ocupado por viejas repeticiones.
La TV Paga también sufrió la huelga. La pantalla en la que más visible se hizo fue en C5N, el canal de noticias donde hubo un alto acatamiento, al punto de que se levantó todo la programación en vivo. La señal informativa se limitó a programar viejas emisiones de sus programas, dejando por 24 horas y por fuerza mayor la actualidad caliente. Otro segmento en el que se hizo fuerte el paro fue en las señales deportivas argentinas, donde TyC Sports, Fox Sports y Espn tampoco pudieron garantizar su programación en vivo. Incluso, la transmisión del partido de vuelta por la semifinal de la Copa Sudamericana entre Independiente y Libertad estuvo en riesgo durante todo el día. Recién cuando faltaban horas para el comienzo del relevante cotejo, Fox Sports confirmó la transmisión.
Los casi dos mil puestos que el sector de TV abierta –sobre un total de veinte mil puestos– perdió en los últimos dos años, le suma preocupación a la situación que actualmente vive la pantalla chica argentina. La visible crisis económica, producto –entre otras cuestiones– de la transformación de los consumos audiovisuales en la era de Internet y la competencia multiplataforma, la tiñen de una fragilidad pocas veces vista a lo largo de su historia. Una crisis que, probablemente, necesite de respuestas artísticas más que de económicas-laborales.
Fuente: pagina12.com.ar