La Armada descartó que los sonidos detectados fueran de la nave; tras seis días de temporal, la búsqueda por agua y aire se reforzará a partir de hoy en mejores condiciones; todavía queda por revisar un 20 por ciento del área
El «ruido» que fue escuchado en el área de operaciones «no corresponde» al submarino ARA San Juan. Así lo confirmó anoche la Armada Argentina, con un parte que atenuó las esperanzas que se habían extendido entre los familiares delos 44 tripulantes de la nave. Las expectativas de las próximas horas se centran ahora en el cambio del clima -desde el miércoles hubo un fortísimo temporal con olas de cinco a seis metros- en la zona. Según confirmó el vocero de la fuerza, Enrique Balbi, hoy habrá «un clima más favorable» para avanzar con el rastrillaje.
«El ruido se analizó y no corresponde a un submarino, a un patrón de golpes de casco en sistema morse. Es un ruido continuo, constante, que podría llegar a ser ruido biológico», dijo el vocero de la Armada.
Balbi explicó que se utilizarán las embarcaciones que se encuentran en la zona «para hacer un barrido por el mismo punto donde se registró el ruido, para que no queden dudas» y descartar que se trate del submarino.
Pese a la falta de respuestas positivas, «se va a seguir haciendo el esfuerzo de búsqueda hasta que se encuentre el submarino».
Ayer por la mañana dos buques de la Armada registraron sonidos. Primero la corbeta Rosales y después un destructor fueron los que escucharon el «ruido», específicamente un rumor hidrofónico.
El sonido, que se especuló que podrían ser de golpes constantes de herramientas contra el casco de la nave, cambió el estado de ánimo de la preocupación a la esperanza, que se extendió entre los marinos y los familiares de los 44 tripulantes perdidos desde el último miércoles. Esto, finalmente, se desactivó con la corroboración de que el ruido no pertenecía al ARA San Juan.
Apenas tomó conocimiento de esos sonidos, la Armada mandó a analizar la información para no cometer nuevos errores de comunicación, como el que ocurrió con los siete intentos de llamadas satélitales detectadas el último sábado, que al final no habían sido realizadas por la tripulación del submarino.
«Se oyó un ruido que inicialmente fue escuchado por la corbeta Rosales de la Armada Argentina a través de su casco y en forma pasiva. Ese ruido también fue escuchado por un destructor de nuestra Armada que se acercó al lugar. Por eso se acudió a la aeronave P-8 de la armada estadounidense, que desplegó sonoboyas pasivas y llevó ese ruido a la base aeronaval Espora y de allí fue trasladada a Puerto Belgrano, donde se está procesando la información para determinar la firma acústica del mismo», fueron las declaraciones de Balbi en las primeras horas de la tarde, que encendieron un entusiasmo efímero.
Fuente: lanacion.com