NUEVO BORRADOR DEL PROYECTO QUE SE BUSCA MANDAR URGENTE AL SENADO
Un nuevo texto admite desigualdad empresario-trabajador y devuelve ítems a las indemnizaciones, pero consagra una nueva figura laboral.
El Gobierno flexibilizó el proyecto de reforma laboral para facilitar un aval de la CGT. Prometió modificar el artículo que ponía en un pie de igualdad a empresarios con asalariados, en contra de cualquier legislación protectora del trabajador, y suavizó aspectos ligados a las indemnizaciones, los «bancos de horas», la prescripción para los créditos laborales y los cambios unilaterales en los contratos, puntos que la central sindical había considerado inaceptables.
Las concesiones fueron expuestas en una reunión que mantuvo ayer el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, junto a sus principales colaboradores, con el equipo de abogados de la CGT. Los letrados, en tanto, advirtieron que uno de los aspectos que subsiste como impedimento para avanzar en un posible acuerdo es la creación de la figura del «trabajador independiente», que la iniciativa contempla para las pequeñas unidades productivas o de servicios con un propietario y con hasta cuatro personas a cargo.
El encuentro forma parte de las negociaciones desplegadas por la administración de Mauricio Macri para agotar las chances de un entendimiento amplio con la CGT sobre el proyecto oficial de cambios en la normativa laboral, tanto para las nuevas contrataciones como para el vínculo laboral, los despidos, las indemnizaciones, los juicios y las prácticas de formación o pasantías. El Gobierno espera cerrar un acuerdo con la central obrera esta semana y mandar la iniciativa al Senado para su tratamiento inmediato.
Como informó este diario, el objetivo común del Ejecutivo, la CGT y hasta los senadores del peronismo encabezados por Miguel Pichetto es anticiparse a la asunción de Cristina de Kirchner en la Cámara alta para evitar su previsible adopción de protagonismo en el debate con un discurso que amenazaría con dejar a sus interlocutores a su derecha.
La delegación sindical que concurrió a Trabajo estuvo compuesta por los abogados laboralistas Federico West Ocampo (Sanidad), Alberto Tomassone (Comercio), Pablo Smurra (Unión Obrera Metalúrgica), Hugo Antonio Moyano (hijo, Camioneros), Marta Pujadas (Construcción, UOCRA), Horacio Ferro (Gastronómicos) y Brenda Escobar (Panaderos). Junto a Triaca participaron su jefe de Gabinete, Ernesto Leguizamón, y el secretario de Trabajo, Horacio Pitrau.
En un nuevo borrador con una quincena de modificaciones al texto original, que ayer se les entregó a los letrados, desaparecen los cambios impositivos. La baja de contribuciones patronales para los sueldos de hasta 11.500 pesos (escalonada hasta 2022) y el rebalanceo de aportes en el 19% (con una baja para la mayoría de las empresas que hoy pagan 21% y una suba para pyme que hoy aportan 17%) fueron derivados al proyecto de reforma tributaria.
El punto relacionado con la noción de «trabajo» cambió en la nueva versión para mantener la conceptualización más usual a nivel internacional que asigna más protecciones al asalariado por su condición de desfavorabilidad en la relación con el empleador. En el artículo que quitaba del cálculo de las indemnizaciones las horas extra, el aguinaldo, las comisiones y los premios, entre otros rubros no permanentes fuera del salario, también hubo modificaciones: se contempló la situación de trabajadores como los viajantes de comercio, que sólo perciben comisiones, y se mantuvieron las horas extra dentro del cómputo. Los otros ítems seguirán afuera.
La prescripción para iniciar acciones legales volvió a su plazo vigente de dos años, que el proyecto planeaba reducir a la mitad. Mientras que sobre la noción de irrenunciabilidad, que hasta ahora impide anular contratos individuales superadores de los colectivos, el nuevo borrador insiste en anularla aunque prevé que los cambios deberán ser homologados ante una autoridad de aplicación. Mientras que los bancos de horas, que habían generado inquietud por ser considerados un reemplazo perjudicial de las horas extra, deberán ser consagrados por Convenio Colectivo.
En cambio, dos rubros permanecen casi sin cambios y se visualizan como los principales obstáculos para un acuerdo. Por un lado, la persistencia de la figura del «trabajador independiente» como una suerte de unidad de negocios con un propietario y un número reducido de colaboradores, que según el proyecto no serán regidos por la Ley de Contrato de Trabajo. El nuevo texto mantiene esa figura pero reduce de cuatro a tres el número de colaboradores máximo.
El otro, que despertó la ira de Hugo Moyano, es el que consagra la tercerización en áreas como la seguridad en las empresas, la higiene, la informática y, sobre todo, el transporte. Ese punto se mantuvo aunque quedó propuesto en el texto entregado ayer que el gremio de la actividad deberá ser informado de eventuales subcontrataciones. La «mesa chica» de la CGT prevé encontrarse hoy con los funcionarios de Trabajo en una jornada organizada por esa cartera sobre empleo infantil en La Rural. Allí también irán los abogados que participaron ayer del debate.
Fuente: ambito.com