La reforma establece una reducción gradual, en cinco años, de la masa salarial sobre la cual las empresas realizan las contribuciones a la seguridad social. También baja la alícuota para algunos sectores. Se elimina el tope de aportes personales.
La ley de reforma tributaria contiene un largo apartado destinado a la seguridad social, en donde el Gobierno quiere aplicar fuertes cambios. Uno de los puntos centrales es la rebaja de las contribuciones patronales a través del establecimiento de un mínimo no imponible de la masa salarial hasta llegar a los 12 mil pesos en 2022. Al mismo tiempo, se unifica la alícuota de las contribuciones patronales, lo que afecta a las pymes y al sector de servicios en beneficio de las grandes empresas, especialmente del sector industrial. Además, se elimina paulatinamente el tope actual de 81.918 pesos para la aplicación del descuento jubilatorio mientras que se derogaría el techo para el pago de las jubilaciones.
Otro aspecto sensible del plan del macrismo para el sistema de seguridad social que no está incluido en el proyecto de reforma tributaria es la modificación de la ley de movilidad (se incluiría en la reforma previsional), que supondrá un recorte en los ingresos de jubilados, pensionados y titulares de las asignaciones familiares y de la asignación universal por hijo del orden de los 120 mil a 140 mil millones de pesos el año que viene. La pérdida anual para los que cobran la mínima está en el orden de los 11 mil pesos. También será muy relevante que el 20 por ciento de lo recaudado por Ganancias, según las conversaciones del acuerdo fiscal que el Gobierno mantiene con las provincias, dejará de destinarse a la Anses, que en cambio percibiría el 30 por ciento del impuesto al cheque. Expertos advierten que como el impuesto al cheque podrá ser tomado a cuenta de Ganancias, hay peligro de que crezca el agujero fiscal de la Anses.
Uno de los puntos de la reforma tributaria en materia de seguridad social es la unificación de la alícuota de las contribuciones patronales, prevista en el artículo 162 de la ley presentada ayer. Hasta ahora, las empresas cuya actividad principal es la locación de servicios pagan un 20,7 por ciento sobre la nómina salarial, mientras que los restantes empleadores abonan un 17,5 por ciento. En un esquema progresivo que termina en 2022, esas alícuotas se unifican en un 19,5 por ciento. La alícuota del 20,7 por ciento se reduce 0,3 punto porcentual por año, mientras que la de 17,5 sube 0,5 punto por año. El impacto de esta medida es opuesto en función de qué alícuota viene pagando el empleador. En general el sector de grandes empresas saldría beneficiado mientras que el sector financiero y las pymes enfrentarían subas de las alícuotas.
“Implica menos distorsiones porque no se favorece a un sector más que a otro, hay simplificación tributaria por ahorro de costos administrativos por parte de AFIP para verificar, menos incentivos a disfrazar las cosas por parte de las empresas y una suba promedio de la alícuota”, explicaron a este diario fuentes oficiales que trabajaron en los cambios normativos.
Sin embargo, la unificación de la alícuota está complementada por la reducción de la base salarial imponible, prevista en el artículo 164 de la reforma tributaria. En conjunto, implica una merma recaudatoria. Se detalla que “de la base imponible sobre la que corresponda aplicar la alícuota se detraerá mensualmente por cada uno de los trabajadores un importe de doce mil pesos en concepto de remuneración bruta”. De la base imponible considerada para el cálculo de las contribuciones también se deduce el 50 por ciento del aguinaldo. La retracción de la base imponible para la aplicación de la alícuota de las contribuciones patronales también se produce de forma paulatina: la baja será de 2400 pesos el año próximo, 4800 pesos en 2019, 7200 pesos en 2020, 9600 pesos en 2021 y el importe completo, de 12 mil pesos, en 2022. Cabe aclarar que la deducción de la masa salarial se actualizará desde enero de 2019, sobre la base de las variaciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec. Es decir que para 2020 el empleador no tendrá que pagar contribuciones por un sueldo de 12 mil pesos (a valores actuales) mientras que enfrentará un 9,8 por ciento para un salario de 24 mil pesos, el 14,6 por ciento para uno de 48 mil pesos y el 15,6 por ciento para un sueldo de 60 mil pesos.
En 2016 por Contribuciones Patronales ingresaron a las arcas del Estado 324 mil millones de pesos, un 40,5 por ciento de los ingresos totales de la Anses, calculó el informe de la consultora Centro-Periferia. El abogado previsionalista Federico Bobrovsky puso el foco sobre un aspecto no comentado de la reforma. “El artículo 163 otorga la facultad al Poder Ejecutivo de definir qué proporción del total de las contribuciones recaudadas se dirigen a cada uno de los subsistemas de la seguridad social. Esto implica que con un simple decreto el Gobierno puede hacer quebrar a todas las obras sociales, por ejemplo”, advirtió Bobrovsky.
Fuente: pagina12.com.ar