ENCUENTRO PREVIO AL CONSEJO DIRECTIVO SINDICAL DE ESTE MEDIODÍA
El triunvirato de la central cenó con el gobernador y el presidente del bloque peronista del Senado. El eje, la reconstrucción partidaria poskirchnerismo.
La conducción de la CGT se reunió anoche de manera reservada con el gobernador de Tucumán, Juan Manzur, y el jefe del bloque del PJ en el Senado, Miguel Pichetto, para empezar a sondear una estrategia común frente al paquete de reformas impulsado por el Gobierno, por un lado, y el futuro del peronismo por otro. El encuentro se concretó a instancias de una iniciativa del triunvirato de la central integrado por Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña.
La cita fue en la sede de Sanidad, en Deán Funes al 1200, en San Cristóbal. Los pocos comensales que acudieron a la cena tenían pautado desde hacía varios días el encuentro para discutir la coyuntura planteada por los proyectos de la administración de Mauricio Macri y el interés compartido por el escenario poselectoral para el PJ con vistas a una eventual superación del kirchnerismo.
La comida le sumó volumen político a la reunión del Consejo Directivo pautada para hoy a las 13 en la sede de la CGT. En ese ámbito la jefatura de la central sindical expondrá ante el resto de los miembros de su estructura primaria los últimos contactos con el Ministerio de Trabajo en la negociación por la reforma laboral.
Como había informado este diario, a la voluntad mayoritaria (al menos en términos de la organización) de los «gordos» de los grandes sindicatos de servicios y los «independientes» ligados al oficialismo de sostener a toda costa la discusión con el Ejecutivo se le opondrá hoy una corriente más proclive a vaciar la mesa de negociación. En esa línea se inscribe, a la cabeza, el camionero Hugo Moyano, afectado en particular por el artículo de la reforma que propone consagrar la posibilidad de tercerizar actividades de transporte en el sector privado.
Junto a Moyano se ubicaron en esa misma negativa la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), con Antonio Caló y Francisco Gutiérrez, y el bancario Sergio Palazzo, cabeza visible de la Corriente Federal. Los gremios del transporte, estratégicos por su posibilidad de llevar adelante un paro nacional a solas con la adhesión de colectiveros y ferroviarios, parecían inclinados también a objetar buena parte del proyecto reformista, en particular los cambios propuestos sobre la Ley de Contrato de Trabajo.
Lo que une a todos los sectores del sindicalismo tradicional es el rechazo a los cambios en esa normativa. El principal de ellos, el que le agregó al concepto de «trabajo» un párrafo que apunta a poner en un pie de igualdad a empresarios con asalariados, y que en la CGT temen pueda barrer con los años con la legislación protectoria para los trabajadores a partir de fallos judiciales contrarios. Aunque desde Trabajo le confirmaron a este diario que ese punto puede revisarse la palabra final la tendrá el ministro Jorge Triaca en una reunión pendiente con la mesa chica de la central.
En tanto, ayer los concurrentes a la cena en Sanidad dialogaron sobre las perspectivas de reformulación del peronismo tras el resultado electoral adverso. Ninguno de ellos abreva en el kirchnerismo y todos coinciden en la necesidad de una reconstrucción con el mayor aislamiento posible respecto de Cristina de Kirchner, sobre quien descuentan cobrará mayor protagonismo una vez ingresada al Senado.
De hecho, en el Gobierno y la CGT existía un interés concurrente por avanzar en eventuales acuerdos básicos respecto de la reforma laboral antes del recambio legislativo a fin de evitar un previsible protagonismo de la expresidenta en el debate parlamentario que pudiese correr a las partes por izquierda. El propósito parecía complicado en vista del inicio de las sesiones extraordinarias en diciembre y de que el 10 de ese mes ya asumirá su banca la exmandataria.
Mientras que en el terreno político, ya desde su reunificación en agosto del año pasado la cúpula de la CGT se había propuesto incursionar con fuerza en la interna del peronismo como posible articulador a la par de los gobernadores, los intendentes y los legisladores. El que más operó hasta ahora en ese sentido fue Daer, todavía diputado nacional con mandato hasta el mes que viene y único de los miembros del triunvirato con chances reales de quedar como secretario general a solas en una eventual reformulación de la central el año que viene.
Fuente: ambito.com