NETFLIX APUESTA A UNA MAYORÍA DE CONTENIDOS PROPIOS DESPUÉS DE LA RETIRADA HOSTIL DE DISNEY
Los exhaustivos “análisis de perfil de consumidor” que realiza el mercado suelen redundar en series similares, con temas que se repiten (como en las “narcoseries” inspiradas en “Breaking Bad”).
Hace dos décadas que la industria televisiva comenzó su paulatina transformación y los canales de contenido pasaron a ser productores de contenidos. En la época dorada del cable y el pay-per-view, el abonado elegía un cableoperador y algún paquete de canales premium. En la actualidad basta un producto estrella para ganar nuevos clientes, ya sea «Game of Thrones» o «Big little lies» en HBO; «House of cards», «Narcos» o «Stranger Things» en Netflix; «The man in the high castle» o «Transparent» en Amazon, y «The Handmaid’s Tale» o la adaptación de la novela de Stephen King «22.11.63» en Hulu.
Diferenciarse a partir de tanques originales es el leit motiv de los servicios de contenidos y la obsesión de los directivos pasa por brindar aquello que la competencia no tiene, además de multiplicar mes a mes el menú del catálogo.
A raíz de esto Netflix ha anunciado un plan a corto plazo: un catálogo en el que 50% de las series y películas sean de producción propia, hacia fines de 2018. Acaso haya sido precipitado por el lanzamiento de la plataforma de contenidos propios de Disney, lo que supone un gran desafío a Netflix, ya que en 2019 perderá todo lo que tiene no sólo de Disney sino también de Marvel y Star Wars.
Ted Sarandos, CEO de Netflix, informó que esa plataforma gastará 8.000 millones de dólares para lograr este objetivo, lo que implica 80 películas originales y hasta 30 nuevas series, todo para estrenar el año próximo.
Sin embargo el altísimo presupuesto o cantidad inédita de nuevas series no siempre redunda en verdadera calidad. Al abonado le cuesta encontrar contenidos interesantes, pese a la falsa idea de que la plataforma ofrece una ventana infinita al mundo audiovisual. Con una factura homogénea, el televidente adivina que ciertos temas o conflictos son reiterados en diversas series como resultado de estudios exhaustivos de los perfiles de los usuarios. No por nada abundan las narcoseries, y su evolución a protagonistas a lo Walter White de «Breaking Bad», por caso «Bloodline» u «Ozark».
También se multiplican las series manga japonesas, producto que buscar fidelizar a un público joven que prefiere tener Netflix a bajarse los capítulos de forma ilegal. Por eso esta plataforma apostará también a producir su propio animé.
Otro fenómeno que se afianzará hacia fines de este año es el «binge watching» o ver todas las temporadas de un tirón. Entre 2013 y 2016 la cantidad de personas que termina una temporada el día de su lanzamiento creció más de 20 veces. En la Argentina las más vistas, a modo de maratón, fueron «Marvel’s The defenders», «The seven deadly sins», «Santa Clarita diet», «Girlmore girls», «Atypical», «Stranger things», «Anne with and E», «Llámame Francisco», «Glitch» y «The mist». El denominador común radica en pocas temporadas, comedias muy livianas o el género fantástico.
Otro frente que cambiará a partir de 2018 será el rating. Esa cifra qsue había comenzado como un número sólo útil para la industria televisiva, o sea productores y anunciantes, terminó siendo tema de debate cotidiano hasta que dejó de interesar.
Netflix siempre cultivó el hermetismo en torno a sus datos de rating, sin embargo, Nielsen aportará cifras de las series que estarán disponibles para aquellos que quieran consultarlos. También recopilará datos de Amazon y Hulu el año que viene.
El número que Netflix suele difundir es la cantidad de usuarios globales, que llega a los casi 110 millones hasta ahora. Por primera vez son más los clientes fuera de Estados Unidos que los abonados locales, región en la que Netflix ya era mucho más fuerte, inclusive, en relación a los operadores de cable en términos de abonados.
Fuente: ambito.com