El Gobierno aprovechará el viento de cola que espera el recibir el domingo en las urnas para pisar el acelerador en la gestión y en las reformas pendientes. Pero también para actuar puertas adentro de la administración, donde detecta áreas que nunca logró controlar plenamente en los últimos dos años. Un foco prioritario será el sistema de medios públicos, donde ajustarán las clavijas.
La estricta actualidad está devorada por la sensación de crisis que recrudeció en la Casa Rosada por el tema Maldonado, cuyas derivaciones se pretende planchar, dejando las novedades y definiciones para después del cierre de las urnas. La suspensión de los actos de campaña para las inminentes legislativas es exhibida como un gesto de sensibilidad hacia la familia de Santiago y hacia la sociedad.
Mientras, hay tiempo también para pensar en el escenario postelectoral. En esos planes entran Hernán Lombardi y el Sistema de Medios y Contenidos Públicos. Al titular del mismo todavía no se le termina de perdonar su aventura michettista en las PASO porteñas de 2015. Y ahora se le reprocha «haberse pasado de rosca» con su prédica sobre «el pluralismo y la moderación» en la TV Pública, en Radio Nacional y en la agencia de noticias Télam.
En la mirada del jefe de Gabinete, Marcos Peña, y de sus vices, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, esas empresas nunca terminaron de depurarse de funcionarios heredados del kirchnerismo, sobre todo de La Cámpora. Irán por ellos y por ajustar mensajes y contenidos.
La ofensiva en estudio apunta a imponer cambios en las empresas de la órbita de Lombardi y pone la mira en tres planos: en la estructura de mandos de las mismas, en el déficit que estas siguen sumando a cuentas públicas que urge empezar a ajustar y en los contenidos.
Las críticas son especialmente agudas para el secretario de Medios Públicos, Jorge Sigal, y especialmente el director de la TV Pública, Néstor Sclauzero, quien goza de menos apoyo interno que aquel.
A este último le caen en la cúpula del Gobierno por contenidos considerados inconvenientes. Apuntan, en particular, al ciclo Cuéntame cómo pasó, protagonizado por Nicolás Cabré, Malena Solda y Leonor Manso. Las buenas críticas que cosechó y el modo en que el programa ilumina el hecho de que la represión ilegal de los años 70 comenzó antes del Proceso, en el peronismo crepuscular, no impiden que se le cuestione el ser «un programa propio de la época pasada», esto es del kirchnerismo.
El cambio se profundizará después del domingo. Por lo que se ve, también en el relato oficial.
Fuente: ambito.com