Un estudio privado sobre la base de datos oficiales relaciona de forma directa la destrucción de puestos de trabajo en las fábricas con la suba de las importaciones. Precarización del mercado de trabajo.
La apertura de importaciones combinada con una caída en la economía operó como un cóctel venenoso para el empleo industrial. A pesar de la recuperación en el nivel de empleo verificada este año (tras el derrumbe de 2016), se produjo una consecuente merma de los puestos de trabajo de mayor calidad y salarios más altos. En ese sentido, la mitad de los empleos creados en los últimos doce meses corresponde a actividades de muy bajos ingresos y del resto, sólo 26% pertenece al sector privado.
Son las principales conclusiones de un informe del Instituto de Trabajo y Economía (ITE) de la Fundación Germán Abdala, al que accedió este suplemento, que advierte sobre «cambios estructurales en el empleo durante la gestión de Cambiemos» y señala que «los problemas en la generación de puestos de trabajo de calidad no sólo no se han solucionado sino que parece que vinieron para quedarse». Tras destacar la incipiente recuperación del nivel de empleo hasta alcanzar el nivel que ostentaba antes de la asunción de Macri, el documento indica que «lo hace a una velocidad menor que en los años anteriores».
«La situación más crítica se da en la industria, el sector de mayor peso en el empleo registrado total (representa el 20%), uno de los más dinámicos y además por lo general uno de los que genera puestos de trabajo con mejores remuneraciones y condiciones laborales», apunta el estudio. De acuerdo al ITE «es en la industria donde se puede observar con mayor claridad el impacto que tuvo el cambio en la estrategia económica por parte del a nueva gestión», y sobre ese punto menciona que la apertura de importaciones, además de la suba inicial de los costos derivada de la devaluación poselectoral y el incremento de tarifas «resultó una combinación letal para la industria».
El informe marca diferencias sustanciales entre los resultados de la devaluación impulsada por la gestión de Cristina de Kirchner en 2014 respecto de la operada inmediatamente después del triunfo de Mauricio Macri. En el primer caso destaca que la caída en el empleo industrial llegó a recuperarse en tanto que la devaluación del año pasado determinó un cambio en el tipo de puestos de trabajo, con destrucción neta en el caso de los fabriles.
Entre las causas para diferenciar un proceso de otro remarca «el comportamiento de las importaciones, particularmente las de bienes de consumo, que en buena parte compiten o reemplazan a la producción local». «Llama la atención el comportamiento de las importaciones durante todo el gobierno de Cambiemos y, en particular, las de bienes de consumo. Esto se debe a la poca vinculación con el nivel de actividad, ya que históricamente sucedió lo contrario. Por lo general, la evolución de las importaciones está estrechamente relacionada con la situación de la economía: en momentos de expansión, las importaciones aumentan, y viceversa», añaden los autores para ligar en la actualidad un proceso de caída en la actividad y suba de los importados.
A continuación relaciona de manera directa el crecimiento de las ventas de productos provenientes del extranjero con la caída de los puestos de trabajo locales en esos mismos rubros. «Al analizar el empleo para el cuarto trimestre de 2016 se puede ver una clara correspondencia entre la destrucción de puestos de trabajo de todas las ramas vinculadas con textiles, confecciones, cuero y calzado y automotores y sus respectivas importaciones», apunta. Con un total de 11.560 empleos perdidos en esos rubros, indica que representa 26% de la caída total del año pasado.
Para dar cuenta del deterioro estructural del empleo los autores señalan que de los 184.649 puestos de trabajo registrados que se crearon en los últimos doce meses el 28% fueron monotributistas sociales (los planes de empleo) y asalariados en casas particulares y otro 22% fueron trabajadores monotributistas o autónomos, «los cuales tienen en promedio ingresos muy por debajo de los asalariados registrados», en general 30 por ciento menos. «Del total de la generación de empleo registrado, el 50% se corresponde con modalidades de ocupación de muy bajos ingresos y del 50% restante, sólo el 26% pertenece a asalariados privados», subraya.
Fuente: ambito.com