La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, aseguró que ni la Justicia de Chubut ni esa fuerza tienen indicios del joven desaparecido durante una protesta de mapuches. La funcionaria culpó a la comunidad.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, aseguró hoy que tanto la Justicia de Chubut como Gendarmería carecen de indicios de que Santiago Maldonado, el joven que desapareció durante una protesta de una comunidad mapuche en esa provincia, haya sido detenido por esa fuerza.
«Lo más importante es lo que dice el juez, que no hay ningún indicio de que haya sido la Gendarmería. Y la fuerza no reporta ningún detenido», sostuvo la funcionaria en declaraciones a radio La Red.
Además, afirmó que, desde que se presentó el habeas corpus, comenzaron con el protocolo de búsqueda, aunque culpó a los mapuches por obstaculizarla: «La comunidad Cushamen no dejó pasar más de 400 metros».
Maldonado fue visto por última vez el martes pasado en la localidad de Cushamen durante la represión por parte de Gendarmería a los miembros de la comunidad Pu Lof, quienes reclamaban por tierras que hoy ocupa la multinacional Benetton.
Según testigos, el joven de 27 años, oriundo de Buenos Aires pero que vivía cerca de El Bolsón, fue golpeado y cargado a una camioneta blanca de Gendarmería. Desde ese momento, nadie supo nada de su paradero.
Ayer, Sergio Maldonado, hermano de Santiago, escribió una carta titulada «Tiene que aparecer», en la que denunció la falta de respuestas de las autoridades. «No vivimos, no podemos, no tenemos noticias de mi hermano, ni respuestas de las Fuerzas que apaleaban, disparaban y arrastraban todo lo que tenían enfrente, mujeres, niños», denunció, y reclamó, además, a la Justicia haber comenzado la búsqueda 84 horas después de la desaparición.
Por su parte, el Juzgado Federal de Esquel difundió un comunicado en el que señalan que no hay indicios que confirmen que el joven haya sido detenido por Gendarmería. «No se ha corroborado que Santiago Maldonado haya sido detenido por la Gendarmería Nacional Argentina en el procedimiento que realizó el 1 de agosto en el sector de la Estancia Leleque de la Compañía de Tierras Sud Argentino SA ocupado por el Pu Lof en Resistencia del Departamento Cushamen en la Provincia del Chubut», afirmaron.
La carta completa de Sergio Maldonado
«TIENE QUE APARECER»
Hace casi una semana, tras la represión a los manifestantes en la comunidad Lof de Cushamen, la vida de toda mi familia cambió por completo: no vivimos, no podemos, no tenemos noticias de mi hermano, ni respuestas de las Fuerzas que apaleaban, disparaban y arrastraban todo lo que tenían enfrente, mujeres, niños… Y Santiago.
De visita en Chubut, se había quedado a dormir en el acampe para expresar su apoyo a los mapuches, que estaban exigiendo la liberación de su dirigente Facundo Jones Huala, preso político. Pero no, rectificando algo que muchos medios informaron, mi hermano no forma parte de ninguna agrupación de pueblos originarios, aunque siempre se muestre dispuesto a colaborar con distintas causas, frente a la ausencia del Estado. O sus abruptas irrupciones. Pues el martes, cuando la Gendarmería Nacional detonó un desalojo violento, muchas familias se resguardaron detrás de unos sauces, al costado del río que cruza los Andes. Allí, algunos intentaron salvarse de las balas, cruzando ese caudal de agua, entre la dificultad de las ramas. Santi no cruzó. Y el rastrillaje de la Prefectura ya lo confirmó.
Los gendarmes lo rodearon, lo golpearon y lo subieron a una camioneta.
No sabemos nada más.
El viernes presentamos un hábeas corpus en Bariloche, Esquel y El Bolsón. Recién entonces, el juez Otranto empezó la búsqueda, después de 84 horas sin hacer nada de nada. Y sí, se pueden lavar las manos diciendo que no se lo han llevado, pero la Gendarmería será responsable de lo que haya pasado. Santiago no se perdió, ni se esfumó por arte de magia. No se trata de una persona extraviada. Se trata de una desaparición forzada. Pero no vamos a esperarlo de brazos cruzados. Mañana, desde todos los rincones del país, marcharemos para exigir que nos digan dónde está, mientras lo buscamos nosotros mismos, sin descansar ni un minuto. Sólo para eso escribo estas líneas, para pedirles con este grito desesperado que, por favor, nos acompañen en cada ruta, en cada plaza, en cada avenida: tiene que aparecer mi hermano. Y tiene que aparecer con vida.
Fuente: elpaisdigital.com.ar