El gobierno hizo un «balance muy positivo» de la declaración que se firmó ayer en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE). El documento, que se rubricó en Bruselas, Bélgica, incluyó la necesidad de «defender la igualdad soberana de todos los Estados, respetar su integridad territorial e independencia política y defender la resolución de litigios por medios pacíficos». Para el canciller Héctor Timerman, esta cuestión «es fundamental porque incluye el conflicto de soberanía con el Reino Unido» por las Islas Malvinas. En otro punto, que la Argentina se anotó como propio, se hizo referencia a la obligación de «proteger las reestructuraciones de deuda soberana».
«El balance es muy positivo para la Argentina y toda la región. Hubo posibilidad de exponer todos los temas que preocupan e interesan», evaluó el titular del Palacio San Martín. La cumbre reunió a dirigentes europeos, latinoamericanos y caribeños con el propósito de fortalecer las relaciones entre ambas regiones. «Que se haya hablado del respeto a la soberanía territorial, la Argentina lo ve como un avance muy grande», remarcó Timerman. La cuestión quedó asentada en el punto 5 de la Declaración de Bruselas y el punto 3 de la Declaración Política que se firmaron ayer, informó Tiempo Argentino.
El secretario de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Daniel Filmus, aseguró a Tiempo que la incorporación del concepto de «integridad territorial» es «decisivo». Explicó que en la Resolución 1514 de la ONU (también conocida como Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales) se plantean dos tipos de descolonizaciones: «La que refiere a la autodeterminación, cuando hay un pueblo sojuzgado. Y la que refiere, como en Malvinas, al quebrantamiento de la integridad territorial. Esto es que ha habido una colonia no por dominación de un pueblo sino por conquista de un territorio».
De acuerdo al punto 6 de esa resolución, que se firmó en diciembre de 1960: «Todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas».
Un antecedente del punto 5 que se firmó ayer se puede encontrar en el mensaje que la Asamblea Parlamentaria Eurolatinoamericana destinó a la I Cumbre UE-Celac, que se realizó en Santiago de Chile en enero de 2013.
En aquella ocasión, los parlamentarios suscribieron: «La Asamblea ha debatido la ‘cuestión Malvinas’ en sus diversos órganos y favorece el diálogo por una solución pacífica, justa y duradera en el marco de las resoluciones pertinentes de Naciones Unidas y la abordará nuevamente en sus próximas reuniones.» Ayer se volvió sobre la cuestión de forma más general. La novedad es que se realizó en la reunión de jefes de Gobierno y de Estado y no de legisladores.
La cuestión Malvinas ya había generado conflicto anteayer en Bruselas, cuando se inició la II Cumbre. Luego de que Timerman reivindicara el reclamo histórico de la Argentina por la soberanía del archipiélago austral y sus aguas circundantes, el primer ministro británico David Cameron lo cruzó, exaltado. Pidió la palabra y ofendido, dijo que las Malvinas «tienen derecho de autodeterminación». Calificó de «amenazantes» las declaraciones del canciller.
El titular del Palacio San Martín volvió a referirse ayer a ese cruce: «El problema que tiene Cameron es que no lee los documentos de Naciones Unidas», señaló. «Hace 50 años, (la ONU) dice que la controversia es sobre soberanía y no sobre autodeterminación».
Filmus afirmó a este diario que si Cameron «se siente amenazado, es porque no tiene argumentos para la discusión». «Pese a que sabemos que el Reino Unido hizo un esfuerzo grande para ser acompañado en su posición por países europeos y americanos, su presión no surtió efecto. Quedó en absoluta soledad», indicó Filmus.
Y concluyó: «Lo que planteó Timerman es de absoluta justeza. Argentina está haciendo respetar las leyes e impide que en su territorio, como en su plataforma continental, se puedan explotar hidrocarburos.»
La reacción de Cameron se vincula más a la denuncia penal que se tramita ante la justicia argentina contra nueve empresas extranjeras que operan ilegalmente en Malvinas que a las palabras de Timerman en Bruselas.
Entre los 75 puntos de la Declaración de Bruselas que fueron acordados por los 61 representantes de la UE y la CELAC, se destacan:
*El 22. En pleno conflicto entre Argentina y los fondos buitre, ese punto hace alusión a la necesidad de «reforzar el carácter ordenado y la previsibilidad del proceso de reestructuración de la deuda soberana» (ver aparte).
*El 17. Respalda el proceso de paz en Colombia.
*El 19. Brega por «el pronto fin del embargo» de Estados Unidos a Cuba. Y celebra el «restablecimiento de las relaciones diplomáticas» entre ambas naciones.
*El 29. Considera que «el cambio climático es uno de los principales problemas de nuestro tiempo».
La cumbre, que se realizó bajo el lema «Modelar nuestro futuro común: trabajar por unas sociedades prósperas, cohesivas y sostenibles para nuestros ciudadanos», fue presidida por Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo. La clausura fue conducida por el presidente Rafael Correa (Ecuador), que ejerce la Presidencia pro Témpore de la Celac. «
Celac-Unión Europea contra los Buitres
En medio de la disputa con los fondos buitre y en línea con el respaldo obtenido el año pasado en el seno de las Naciones Unidas, donde comenzó la discusión en torno del establecimiento de un marco legal de reestructuración de deudas soberanas, la declaración final de la Segunda Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE) incluyó por primera vez la necesidad de proteger las reestructuraciones de deuda. La declaración incluyó además el respeto a la integridad territorial, en relación al conflicto por la soberanía de las Islas Malvinas. «El balance es muy positivo para la Argentina y toda la región. Hubo posibilidad de exponer todos los temas que preocupan e interesan», indicó el canciller Héctor Timerman. El diplomático remarcó que «Argentina está satisfecha porque se incluyó el respeto a la integridad territorial y también se menciona la reestructuración de deuda soberana», y puntualizó que «ambos estuvieron presentes por primera vez» en una declaración con la UE.
En declaraciones a la agencia Télam, Timerman destacó como un hecho positivo para la Argentina que se haya agregado «la necesidad de tener una mayor previsibilidad en la reestructuración de deuda soberana», y añadió que «se tomó nota de lo hecho hasta ahora en los distintos organismos donde esto se debatió». La Segunda Cumbre Celac-UE concluyó ayer en la ciudad belga de Bruselas, luego de dos días de deliberaciones, de las cuales participaron 61 representantes de países de ambas regiones. El acto de clausura fue conducido por los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, en ejercicio de la Presidencia Pro Témpore de la Celac; el titular del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el secretario general de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Al enumerar las cuestiones abordadas durante la cumbre, Correa subrayó que «también hubo muestras de solidaridad para Argentina ante el problema de los fondos buitre y apoyo al proceso de búsqueda de la paz en Colombia».
Se desactivaron las críticas europeas al gobierno de Venezuela
Los países latinoamericanos y caribeños instalaron sólidamente la defensa de las políticas de libre autodeterminación y no intromisión en los asuntos internos, con relación a la situación política en Venezuela, desactivando los intentos europeos de formular críticas al gobierno del presidente Nicolás Maduro. En la declaración final de la II Cumbre UE-CELAC no se incluyó ni una palabra sobre las quejas de la derecha venezolana, pero sí se condenó las sanciones de Estados Unidos contra funcionarios del país y la declaración de Venezuela como una «amenaza inusual y extraordinaria» para la seguridad de la gran potencia.
En los últimos meses el Parlamento Europeo se había sumado a la campaña internacional contra el gobierno de Caracas, cuando los eurodiputados aprobaron una resolución manifestando su «preocupación» por la situación en Venezuela, condenando la «falta de diálogo» y pidiendo la libertad de dos dirigentes de la derecha –Leopoldo López y Antonio Ledezma– encarcelados por la promoción y participación en los hechos de violencia que en febrero/mayo del año pasado se cobraron 43 vidas. Sin embargo, de esa preocupación y condena no quedó nada en el documento de cierre de la Cumbre cerrada ayer en Bruselas.
De tal forma, el documento final dejó afuera la postura de los europeos respecto al tema, el más álgido de la cumbre que ambos bloques celebraron en Bruselas. Por el contrario, la declaración sí «toma nota» del rechazo de la CELAC a la orden ejecutiva de Estados Unidos, que consideró a Venezuela como una amenaza para su seguridad. El texto firmado ayer señaló el rechazo de los bloques «a medidas coercitivas con carácter extraterritorial contrarias a la ley internacional». Además, tomaron nota de la declaración de la CELAC en la que el grupo manifestó su «preocupación» por las sanciones estadounidenses.
El miércoles, en la inauguración de la Cumbre, el ecuatoriano Rafael Correa había pedido, como presidente pro témpore de la CELAC, la anulación de la orden ejecutiva de Washington. «La orden, además del ridículo argumento aducido, viola flagrantemente el derecho internacional», había dicho Correa. La situación venezolana fue, desde el principio, el punto más incómodo de esta cumbre. El martes, un día antes del inicio de la cita, el vicecanciller de Cuba, Abelardo Moreno, había admitido que se trataba de «la mayor diferencia» entre la UE (Unión Europea) y la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños).
El diplomático cubano dijo que el bloque latinoamericano tenía una posición clara respecto a lo que ocurre en Venezuela y que no comparte la UE, sobre todo respecto a la «grosera orden ejecutiva» de Estados Unidos. «El componente latinoamericano y el componente europeo, en especial en el caso de Venezuela, expresaron posiciones que no pudieron conciliarse», había dicho el eurodiputado español Ramón Jáuregui, presidente de la Asamblea Parlamentaria Europa-Latinoamérica (Euro-Lat). «La posición europea fue rotundamente rechazada», celebró por su parte el salvadoreño José Leonel Vásquez Búcaro, copresidente de la EuroLat.
Fuente: Infonews