El INDEC reveló que durante el segundo trimestre de 2016 el 33,4 % de los asalariados no tienen descuento jubilatorio, es decir tienen empleo en «negro», que significa que hay 3,8 millones de trabajadores en esta condición.
La desocupación fue de 9,3 % en el segundo trimestre de 2016 y fue la primera cifra del mercado laboral que se conoció por el organismo desde que asumió Macri. Varios debates se abrieron alrededor del porcentaje publicado. Si bien es conocido que los datos del Indec fueron dibujados por el kirchnerismo, no se puede ocultar que el parate de la economía actual deterioró el mercado de trabajo.
Otros datos oficiales dan cuenta de la pérdida de puestos de trabajo durante el gobierno de Macri. En los primeros 5 meses de 2016 bajó 97.219 el número empleados ocupados formales del sector público y privado, de acuerdo a los datos de Seguridad Social de la AFIP. Pasando de 8.096.281 empleados en relación de dependencia registrados en diciembre de 2015 a 7.999.062 en mayo pasado.
A pesar de las acusaciones entre macristas y kirchneristas lo que sigue vigente es el empleo en negro, los valores publicados por el INDEC no difieren de los datos del segundo trimestre del 2015. Durante el gobierno anterior los asalariados sin descuento jubilatorio eran de 33,1 %.
La herencia de precariedad
El reciente informe de pobreza publicado por la Universidad Católica Argentina (UCA) también da cuenta de valores similares en lo que respecta al problema de empleo en la década pasada. El estudio muestra que dentro del grupo de asalariados, 1 de cada 3 encuestados se halla bajo contratación laboral no declarada.
En 2015, solo 4 de cada 10 activos poseían un trabajo con características de calidad y 3 de cada 10 activos se resignaron a un empleo precario.
El escenario laboral se oscurece para los trabajadores que no viven en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). El documento de la UCA describe que entre 2010 y 2015, en los trabajadores de CABA se incrementó la proporción de empleo pleno de derechos y bajó el subempleo inestable. Pero, en el resto de las regiones urbanas fue lo opuesto, se profundizó la desigualdad. En comparación con CABA, el Conurbano Bonaerense registra cerca de la mitad de trabajadores con empleo pleno de derechos, un tercio más con empleo precario y veinte veces más con subempleo inestable.
La fragmentación laboral es una gran conquista para las patronales que les permite aún cuando sube la demanda de trabajo y baje la tasa de desempleo, tener garantizado el acceso a mano de obra barata.
Por este motivo el gobierno anterior a pesar del discurso de combatir el empleo informal mantuvo los pilares de la precarización. El gobierno actual de CEO tampoco vendrá a desmantelar esta estructura, los primeros datos del INDEC lo corroboran. El empleo en “negro” no se toca.
Fuente: laizquierdadiario.com