Una reunión para empezar a hacer números

El Presidente prometió revisar los impuestos al vino, el azúcar y los productos electrónicos y propuso que los fondos que reclama María Eugenia Vidal salgan de las arcas nacionales. Pidió que las provincias ajusten y reduzcan impuestos.

El presidente Mauricio Macri recibió a los representantes de las 24 provincias. Los atajó de entrada con la promesa de que revisarán los impuestos al vino, el azúcar y los productos electrónicos que habían puesto los pelos de punta a más de un gobernador y gobernadora. Les planteó también una solución al Fondo de Reparación del Conurbano, que implicaría que la mayor parte del dinero para actualizar esa partida que reclama María Eugenia Vidal saldría del Gobierno nacional. Son cerca de 20 mil millones de pesos, que el resto de los gobernadores aceptaría sin chistar con tal de que no se los recorten a ellos. Por último, Macri les propuso que firmen un “consenso fiscal”, por el cual deberían reducir los impuestos provinciales de ingresos brutos y sellos. Este es el punto que más resistencia tiene entre los mandatarios provinciales. Como les prometieron enviarles los detalles, los gobernadores resolvieron no participar de la conferencia de prensa, en la que hubo solo funcionarios nacionales. En concreto, habrá una semana de rosca entre las áreas económicas y Macri retomará en una semana el encuentro con los gobernadores después de un cuarto intermedio.

La reunión de Macri con los mandatarios provinciales tuvo encuentros preparatorios con funcionarios provinciales durante toda la semana en los que participaron el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el de Hacienda, Nicolás Dujovne. Son los dos, casualmente, que mostraron sus caras largas tras el encuentro, al que asistieron todas las provincias (Santa Cruz y San Luis enviaron a sus vicegobernadores, alegando problemas de agenda de los mandatarios, mientras que por Neuquén fue el ministro de Economía local).

Estuvieron presentes, además de los mandatarios, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y sus dos coordinadores, Gustavo Lopetegui y Mario Quintana, además del presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó.

Macri ocupó la mayor parte del tiempo con las propuestas que les hizo a los gobernadores. En primer lugar, componedor, buscó calmar los ánimos de los mandatarios que habían reclamado por el impuesto al vino (San Juan, Mendoza, Salta), a las bebidas con azúcar (Tucumán) y la eliminación de los impuestos a los productos electrónicos importados (Tierra del Fuego). Les dijo que se iba a trabajar para corregir esos impuestos en el proyecto de reforma tributaria que se presentará en el Congreso la semana próxima.

El Presidente luego les señaló que tenía una salida política para ofrecerles con respecto al Fondo del Conurbano, que Vidal llevó a la Corte Suprema, y que los gobernadores observan como una espada de Damocles sobre sus presupuestos provinciales. La propuesta incluye modificar el reparto de las provincias del impuesto a las Ganancias y al cheque (ver página 4). Macri les prometió que las provincias no perderán nada y que el dinero para el gobierno bonaerense será aportado por la Nación. De esta forma, podrá transferirle a la gestión de Vidal unos 19 mil millones de pesos (en principio, porque ella reclamaba 50 mil) sin que los otros gobiernos provinciales puedan quejarse, como hicieron con la transferencia de fondos que recibió el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta.

Pero el momento que estaban esperando los gobernadores era saber qué les iba a plantear Macri en términos de ajustar sus cuentas y disminuir impuestos. Dujovne les dijo que tenían la propuesta por escrito, pero que había que hacerle “algunos ajustes”, así que se las enviarían por correo. Se trata de un “consenso fiscal” que el Gobierno busca que firmen y que implica la disminución de los impuestos provinciales de ingresos brutos y sellos, en forma gradual (de uno a cinco años, según el caso). Recién retomarán en siete días, luego de un cuarto intermedio y una ronda de negociaciones con los ministerios de Hacienda provinciales. Esto no calmó las preocupaciones provinciales.

Pocas voces
Fueron pocos los gobernadores que se animaron a hablar después del presidente. La primera fue la gobernadora de Tierra del Fuego, Rosana Bertone. Le planteó a Macri que, si bien se llevaba la promesa de que no avanzarán en medidas que destruyan los empleos en el área electrónica de su provincia, debía entender que ella también recibió una pesada herencia y que, más allá de que viene avanzando con reformas provinciales, le faltan años para superar el déficit.

El segundo en tomar la palabra fue el vicegobernador de San Luis, Carlos Ybrhain Ponce, quien les insistió con una serie de deudas de la Nación con San Luis. Luego de varias idas y vuelta con Frigerio, el ministro le terminó diciendo que lo incluirán en la agenda. El vicegobernador se llevó el compromiso de que se podría incluir en el Presupuesto 2018.

El tercero fue el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, quien también planteó una serie de deudas vinculadas a fondos educativos y de los municipios. Nadie más habló. Macri aprovechó para plantear que les pedirá que bajen todos los juicios que hay cruzados entre Nación y las provincias. “Queremos hacer borrón y cuenta nueva”, les planteó.

Al final de la reunión, los gobernadores fueron invitados a participar de la conferencia de prensa. Ninguno aceptó: prefirieron esperar a ver la letra chica de los acuerdos. Al salir de Casa Rosada, Schiaretti dijo:

“Escuchamos los marcos del acuerdo. Seguramente durante esta semana se verá la letra fina. Nos pasaron un borrador que tendrá que analizar nuestro ministro de Economía, pero la dirección global en estos puntos que señalé me parece que es la correcta.”

“La reunión no se abrió demasiado al diálogo. Fue fundamentalmente de carácter informativo. Vamos a ver hasta dónde podemos acompañar esas iniciativas y en cuáles tendremos que plantear posturas disidentes. Hay una voluntad de los gobernadores en contribuir a cumplir metas de equilibrio fiscal y de aliviar la carga tributaria”, dijo el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, quien planteó la situación de las cerveceras y las empresas de cuero de vaca. Indicó que la idea de Nación es reducir en un punto el déficit (3,2 por ciento del déficit fiscal primario en 2018) “en un esfuerzo compartido entre Nación y provincias”.

Por su parte, el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilnek, sostuvo que “la propuesta respecto de Ingresos Brutos debe ser analizada en detalle. El Gobierno está proponiendo que las alícuotas y exenciones de Ingresos Brutos sean iguales en todo el país”.

Conferencia solitaria
Dujovne y Frigerio fueron los dos que tuvieron a su cargo dar detalles sobre lo ocurrido en el encuentro, sin la presencia de ningún gobernador. El ministro del Interior remarcó que el cónclave fue “una ratificación del compromiso del gobierno nacional y las provincias en avanzar en un sendero firme y gradual hacia el equilibrio de las cuentas públicas”, si bien ayer no firmaron nada. Frigerio aclaró que no estaba entre sus expectativas que se llegar a un acuerdo ayer, sino que era la primera reunión.

El funcionario también destacó que la propuesta del Fondo del Conurbano “fue recibida con satisfacción” por los gobernadores y que implicará que la provincia de Buenos Aires actualizará el Fondo del Conurbano “de manera gradual”, lo que será “mayoritariamente financiado” por la Nación. Indicó que en este contexto Vidal estaría dispuesta a retirar su demanda de la Corte, aunque probablemente no lo haga hasta que esté la nueva ley.

Dujovne, por su parte, anunció que el lunes enviará al Congreso el proyecto de reforma tributaria, a los que se le harán los cambios anunciados para vino, champagne, azúcar y productos electrónicos. Frigerio aclaró que se le podrán hacer más modificaciones en el Congreso, dado que “no se envían proyectos a libro cerrado”. Dujovne lo escuchaba como si se hubiera tragado algo especialmente amargo. “Los tiempos son perentorios. Por eso nos dimos sólo una semana de cuarto intermedio para terminar de discutir”, indicó Frigerio sobre las modificaciones en las cuentas provinciales, que los gobernadores tendrán que ver si aceptan o rechazan.

Fuente: pagian12.com.ar

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